4.14.2010

Llover

Bien... te cuento por el momento que el lente tiene un solo objetivo, parece que el caleidoscopio se puso de un solo color; tal vez fue porque escuché esa canción que te hace levitar ante cualquier dolor o cualquier sentimiento sublime, la que te pone en el aire mientras miras hacia abajo un mundo tan terrenal e imperfecto como tú... y ahí estás, tan propenso al golpe del viento, inmerso en muchos "por qués" en esa canción que dura hasta las 6.
Me he sentado en una barda, música y audífonos que por lo menos cubren tus oídos, ojalá te cubrieran todo el cuerpo, con una vista panorámica empecé a recordar... todo lo que no pude tener por miedo, por no querer responsabilidad, por desear más libertad, he pensado en lo que tal vez debí decir, una mano que agarrar, haberme ahorrado algún beso y dárselo a quien se lo debí dar, me reí de mi imprudencia, me alegré haber dicho que sí quería ir a algún lugar y escapar. Me quejé de no poder hallar la complicidad cuando ni yo me empeñaba tanto en cultivar, de eso también aprendí, a poder voltear no solo por el brillo, a sonreírle a su simplicidad; dí a mares, a cuentagotas, nada, nada, a mi, solo a mi, y nada de nuevo... me perdí y ahí me colgué mientras pasaba algún mes que no recuerdo, hasta que nos encontramos "sin querer queriendo", y aquí estoy, sonriendole a tu sonrisa, acariciando tu labio inferior, abrazándote hasta con las piernas, porque ahora resulta que me gusta todo de ti, pero a decir verdad te quiero más de lo que me puedes gustar.
Y sí... será hasta dentro de un año en lo que termina Abril, en lo que deja de llover.