9.01.2013

Te olvido a ratos

No te hago a un lado, te mantengo a la vista, como cuando en la tarde deseas seguir viendo ese color lila en las nubes antes de que la noche las haga ver blancas de nuevo; no es que quiera dejar atrás la imagen, solo que las estrellas parpadean sobre mis ojos, es que el viento sopla cada que va a llover y ese olor a tierra mojada dilata mis nasales y perfora mis papilas, haciendo que mis ojos se humedezcan solos para no parpadear.

No es que te olvide siempre, existe una parte mía ligada a ti, que cada vez que se estira en su límite expone mis fibras sensitivas y los bellos de mi nuca recuerdan ser respirados, mordidos y casi arrancados para alcanzarte. No es que el sueño me distraiga, pero amo poner la almohada bajo mi mejilla y mi brazo bajo de ella, sentir la ligereza de las telas sobre mi colchón, dejar resbalar mi cabello por donde quiera, suspirar y estirarme, hacerlo otra vez.

Te olvido a ratos, porque me gusta recordarte después.