Y después de eso mis silencios son cada vez menos, ahora me tengo que dar a entender, desvío la mirada adrede porque no encuentro lo que quiero.
Persona, aquí le tengo, pero la carne sola no completa las oraciones de mi cabeza, ni las que no logro percibir; aire, respiro para raptarle algunos suspiros y abrazos que en ocasiones se dejan ver, volteados a medio camino mientras voy en el mío.
Veo a lo lejos aquel álbum que se me mostró y el que sigue en su envoltura, las revistas no leídas y el azulejo azul... parece que me perdí por varios meses en aquellos sueños que no logras entender, es cuando despiertas y pasas el día adivinando su por qué.
Hace falta que deletreen los textos, hace frío y no ha llegado el invierno, me adapto mientras sea constante... sería bueno que se me confiese que el renglón no tiene más espacio o que el tape ya no tiene más lados.
Guardo los colores en aquel papel que carece de eso...La luna descansa complacida cuando los rayos, que son más fríos que ella, le muestran el rastro que deja por la noche.
1/4 de eso que olvidé, sedante en lo que no pude detener, 1/4 de frialdad y así disfrutar cuando llegue Diciembre, 1/4 de música para mis instintos, otro tanto igual para seguir cerrando los ojos con una sonrisa a medio iniciar, la mitad de eso para agarrar descaro porque se me estaba perdiendo mi porción de maldad.
Todo eso, por favor para llevar, mientras recojo las palabras que se resbalaron sin querer, en lo que empieza la función que el primer cuadro ya pude resolver.
Me llamo Sofía.
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